nunca turista, SIEMPRE VIAJERO - Ecuador
Érase un 18 de Agosto del año 2006. Diría que todo comenzó un día de un mes de una año cualquiera, fue como lo sentí. De pronto recibí un correo de un amigo Ecuatoriano Carlos G. me avisaba que dos Trainees (AIESEC) estaban en Medellín... sin pensarlo durante 4 días disfrutamos de: risas, cultura, historia, música al estilo Alejo G., baile, cócteles y hasta un poco de Chuchaki!!! Una semana después, mi alma de backpacker se despertó y en un abrir y cerrar de ojos, ya me encontraba viajando para Cali con Mi Adri, para reunirme con mis dos nuevos amigos extranjeros: Alain (Costa de Marfil – Francia) y Marco (Suiza). Qué loco, llegue a pensar la primera noche de viaje. Viajamos 8 horas antes de reunirnos para iniciar un viaje al ECUADOR!!, un viaje que llamaremos “nunca turista, SIEMPRE VIAJERO”. Eran las 9:00am cuando compramos 4 boletos para llegar a la frontera, 12 horas de un panorama increíble Cali-Popayán-Pasto-Ipiales, la ventana se rodeaba de espectaculares montañas (los ANDES en toda su esencia) y lo que más disfrutaba yo, era ver como al subir a 3000m sobre el nivel del mar, las nubes cubrían como avalanchas el entorno montañoso que en general llamamos Colombia.
Disfrutamos hasta los tropiesos, tuvimos que amanecer aquella noche en Ipiales, dejar a nuestros amigos avanzar. Un documento Negligente freno nuestro camino en Rumichaca (la frontera). Al otro día y después de conocer un buen Aduanero Rodrigo, pudimos avanzar en nuestro retrazo y tomamos un autobús un poco folclórico en Tulcán, 6 horas después llegamos a Quito, ya al anochecer. La incertidumbre era grande por reencontrar nuestros amigos pero todo era parte de nuestro viaje mochilero. Alain y Marco nos recogieron en la Terminal y nos llevaron a un lugar que me encanto un 90% dejándole el otro 10% a su nombre. “Gringolandia” es un sector de Quito lleno de hostales y grandiosos lugares para un café, una comida o una buena fiesta como obviamente sucedió. Dormimos en el hostal “Backpackers Inn” muy propio para nuestro viaje. Bailamos en una disco llamada “NO” al frente de nuestra conocida “Macondo”, en nuestra estadía disfrutamos de comida suiza y argentina, visitamos la hermosa mitad del mundo (Latitud 0° 0' 0''), viajamos en metrobus, conocimos el centro histórico con su increíble iglesia de Oro, visitamos al Guagua Pichincha (volcán) al subir por metroCable a 4100m (que linda vista) y mucho más. Luego viajamos a Guayaquil, un lugar muy costero donde nos reencontramos con Carlos y varios AIESECos, visitamos las peñas, el malecón 2000, los salados, las acacias y su estación 90, disfrutamos de comida turca, visitamos el buen Samaritano en Sabanilla y disfrutamos de un grandioso día de playa en Salinas, sin olvidar lo lindo del parque histórico y la gran evolución que está viviendo Guayaquil.
Para no olvidar: Love Generation y como dice Marcos el Naaa na nara!!, las palabras y frases celebres de Alain y Marco, las mil horas de bus, los backpackers, los hostellings, los bares en las peñas, el granizado de rosas, los enredos en los centros de migración, el frío, el calor, las parejas, las historias, los buses folclóricos, los indígenas, el río y su malecón, el paisaje, las montañas, los faros, la comida de mar, el vino, las fotos, la altura 4100m, las pipas, las cervezas que daban Chuchaki sin acabar de tomarlas, el espectacular Santuario de las Lajas, los buenos amigos, la Terminal y su cercania al aeropuerto en Guayaquil, la espera de 2 horas para el metroCable y mucho mucho más.
Para terminar, SÍ claro que me encanto ECUADOR, su cultura, su gente, su evolución y la búsqueda por conservar su historia lo que alude a mantener su IDENTIDAD. Un país con mucho para dar. GRACIAS por Recibirnos!!! De verdad lo disfrutamos.
Disfrutamos hasta los tropiesos, tuvimos que amanecer aquella noche en Ipiales, dejar a nuestros amigos avanzar. Un documento Negligente freno nuestro camino en Rumichaca (la frontera). Al otro día y después de conocer un buen Aduanero Rodrigo, pudimos avanzar en nuestro retrazo y tomamos un autobús un poco folclórico en Tulcán, 6 horas después llegamos a Quito, ya al anochecer. La incertidumbre era grande por reencontrar nuestros amigos pero todo era parte de nuestro viaje mochilero. Alain y Marco nos recogieron en la Terminal y nos llevaron a un lugar que me encanto un 90% dejándole el otro 10% a su nombre. “Gringolandia” es un sector de Quito lleno de hostales y grandiosos lugares para un café, una comida o una buena fiesta como obviamente sucedió. Dormimos en el hostal “Backpackers Inn” muy propio para nuestro viaje. Bailamos en una disco llamada “NO” al frente de nuestra conocida “Macondo”, en nuestra estadía disfrutamos de comida suiza y argentina, visitamos la hermosa mitad del mundo (Latitud 0° 0' 0''), viajamos en metrobus, conocimos el centro histórico con su increíble iglesia de Oro, visitamos al Guagua Pichincha (volcán) al subir por metroCable a 4100m (que linda vista) y mucho más. Luego viajamos a Guayaquil, un lugar muy costero donde nos reencontramos con Carlos y varios AIESECos, visitamos las peñas, el malecón 2000, los salados, las acacias y su estación 90, disfrutamos de comida turca, visitamos el buen Samaritano en Sabanilla y disfrutamos de un grandioso día de playa en Salinas, sin olvidar lo lindo del parque histórico y la gran evolución que está viviendo Guayaquil.
Para no olvidar: Love Generation y como dice Marcos el Naaa na nara!!, las palabras y frases celebres de Alain y Marco, las mil horas de bus, los backpackers, los hostellings, los bares en las peñas, el granizado de rosas, los enredos en los centros de migración, el frío, el calor, las parejas, las historias, los buses folclóricos, los indígenas, el río y su malecón, el paisaje, las montañas, los faros, la comida de mar, el vino, las fotos, la altura 4100m, las pipas, las cervezas que daban Chuchaki sin acabar de tomarlas, el espectacular Santuario de las Lajas, los buenos amigos, la Terminal y su cercania al aeropuerto en Guayaquil, la espera de 2 horas para el metroCable y mucho mucho más.
Para terminar, SÍ claro que me encanto ECUADOR, su cultura, su gente, su evolución y la búsqueda por conservar su historia lo que alude a mantener su IDENTIDAD. Un país con mucho para dar. GRACIAS por Recibirnos!!! De verdad lo disfrutamos.